¡No! No hablamos solamente del peligro de un accidente, desviando atención al escribir un mensaje en el teléfono celular al caminar sin dirección, o sin dejar de leer estos mensajes en la misma situación. El problema es otro y más grave, incluso de ser asociado con la epilepsia se debe analizar con cuidado.

 En nuestra sección de medio ambiente y de la salud hemos advertido de los peligros la introducción de las nuevas tecnologías nos trae en la mayoría de las veces no previstas cuando se crean estas tecnologías.


 

Ahora es el momento del celular volver a la escena, pero no por la radiación, mas debido a la fatiga mediante la observación de la pantalla en condiciones especiales ya ceguera momentánea como advirtió en otro artículo de este sitio.

Investigadores de la Clínica Mayo han publicado recientemente un estudio

lo que demuestra que cuando se escribe se produce un patrón de ondas cerebrales totalmente diferente a todo lo que se conocía antes.

Según los investigadores este nuevo estándar se debe al hecho de que escribir un mensaje en el teléfono es una tarea compleja que implica una actividad mental, responsable del patrón de ondas cerebrales.

A medida que escribe, además de tener que utilizar la coordinación de las dos manos, tenemos que enfocar con precisión nuestra visión y, además, mantener el dispositivo en posición adecuada (celular).

Los resultados muestran la adaptabilidad del cerebro humano a un nuevo tipo de actividad que es el procesamiento de la información no verbal, según los investigadores.

La encuesta se llevó a cabo con 130 participantes que habían tenido sus

electroencefalogramas (EEG) analizados durante el proceso de digitación de

mensajes en los teléfonos celulares.

Los participantes fueron monitorizados durante 16 meses de modo a se obtener una imagen media de los cambios en el proceso de digitación.

No se observaron cambios al usar el teléfono de la forma habitual

con mensajes de voz.

Según los investigadores, los resultados de estos estudios pueden servir como alerta a los fabricantes de equipos y estudiar posible problemas de epilepsia. No se sabe en qué medida el uso excesivo de este tipo de comunicación se puede relacionar a cualquier enfermedad del futuro que el usuario pueda tener.

Si el lector quiere saber más, visite la documentación original en inglés en:

http://www.epilepsybehavior.com/article/S1525-5050(16)00134-7/abstract

 

 

 

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