Varios tipos de pruebas se pueden realizar en un altavoz para comprobar su estado. Cada una proporciona indicaciones sobre determinadas condiciones del componente, pero no son todas generales.

   La primera prueba es la continuidad de la bobina, hecha por la medida de la resistencia con el multímetro (fig 1).

 


 

 

   Se utiliza la escala más baja de resistencia y la lectura debe ser un valor muy próximo a cero. Recuerde que la resistencia de la bobina no tiene nada que ver con la impedancia. La impedancia se mide en corriente alterna, normalmente con una señal de 1 000 Hz, mientras que nuestra medida se realiza con corriente continua. El valor leído debe ser una resistencia cercana a cero si el altavoz está bien. Una lectura de resistencia infinita indica un altavoz con la bobina abierta (interrumpida).

   Si la interrupción ocurre en los extremos, en el punto en que se realiza la conexión con los terminales, se puede intentar una reparación con una gota de soldadura, pero se trata de una operación delicada que requiere bastante cuidado.

   Esta prueba no indica problemas mecánicos, Como bobina raspando en el imán, cono rasgado o suspensión con problemas.

   Otra prueba consiste simplemente en la conexión de una pila pequeña a los terminales del altavoz, como muestra la figura 2.

 


 

 

   Al hacer esta conexión, por un instante debe escucharse un chasquido en el altavoz, si está bien.

   La mejor prueba debe realizarse con la ayuda de un pequeño amplificador de prueba, que todo el técnico debe tener en su banco (fig 3).

 


 

 

Al conectar el altavoz sospechoso en este amplificador, debe haber una reproducción clara de la señal aplicada a la entrada del circuito, que puede ser de una radio u otra fuente.

Una sugerencia sería tener en la bancada un "receptor de prueba", de donde podríamos sacar la señal de salida, por ejemplo, para hacer la prueba de altavoces, auriculares y otros tipos de transductores.

 

 

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